CINCO RAZONES POR LAS QUE MADRUGAR DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO

#ENTRETENIMIENTO. ¿Es tan bueno madrugar como creemos?

 Cinco razones por las que madrugar debería estár prohibido

Para muchas personas pocas cosas pueden ser más tediosas que levantarse temprano para cumplir un horario. Pues a pesar de que usualmente se diga que ¨al que madruga Dios lo ayuda¨ la verdad es que en la mayoría de los casos, un día que empieza mal, termina mal. Y para los que piden esos ¨cinco minutos más¨ de sueño, es aún más difícil cumplir las tareas y obligaciones del resto del día cuando todo lo que se quiere hacer dormir un poco más. Para esas personas, estas son las cinco razones por las que madrugar debería estar prohibido.

1. Nuestro cuerpo necesita dormir más

Los riesgos que implica no descansar de manera adecuada incluyen problemas hormonales, cardiacos y psicológicos. Así lo indican varios expertos en un artículo de la Revista Semana titulado ´Madrugar al trabajo es malísimo para la salud´ (ver artículo). Donde además de exponer que, la cantidad de trabajo de muchas personas no es proporcional a sus horas de sueño, también explican que la falta de sueño afecta principalmente la concentración y la capacidad para retener información.
Madrugar no siempre es sinónimo de dormir poco; sin embargo, madrugar si es una de las causas por las que interrumpimos nuestro ciclo de sueño. Una cosa queda clara, si nos sentimos cansados al despertar, simplemente necesitamos dormir más.

2. Los horarios no tienen sentido

Mucho se ha hablado de la importancia del reloj biológico en nuestros hábitos de sueño. Y en efecto, nuestro cuerpo se adapta a un horario determinado, programándose neurológicamente para identificar los períodos de vigilia y alternarlos con los de sueño. Lastimosamente el estilo de vida moderno de las ciudades no tiene en cuenta tales necesidades, convirtiendo a los horarios en sistemas de trabajo-descanso casi aleatorios. 

Los horarios de muchos ambientes académicos y laborales son tan fortuitos que, por ejemplo, un día en el que un estudiante tenga clases de siete a once de la mañana puede estar precedido por un día de clases de doce a seis de la tarde. Son en estos contextos en donde el reloj biológico es cronómetro y despertador a la vez.

3. Es mejor hacer cualquier cosa por voluntad propia

Nadie puede negar que cuando hacemos cosas que nos gustan los resultados son mejores que cuando la tarea no es placentera. Un planteamiento completamente hedonista que, aplicado a nuestro tema, nos ayuda a comprender que levantarse temprano debería ser una decisión netamente personal. Claro que existen responsabilidades, pero el levantarse a cierta hora no debería ser una de ellas.

4. Es mejor levantarse con la luz del sol

La RAE define la palabra madrugar como ¨levantarse al amanecer o muy temprano¨. El amanecer, por su parte, se ubica con la salida del sol. Un concepto que en definitiva marca la relación entre la salida del sol y el correcto inicio del día. Sin embargo, es usual que en las ciudades sea necesario levantarse mucho antes de que el sol salga y que, por lo tanto, a esto lo llamemos madrugar.

Esto no aplica para aquellos que viven cerca de sus lugares de estudio o de trabajo. Nos referimos a muchas personas citadinas que tienen que levantarse por lo menos dos o tres horas antes de la hora que marca el inicio de un horario. Y teniendo en cuenta que para muchos ese inicio se marca a las siete de la mañana, estamos hablando de despertar a las cuatro o cinco de la madrugada. Horas en las que, en la mayoría de los casos, ni siquiera ha empezado a salir el sol.

5. Si algo no te gusta, no deberías hacerlo

Hacer algo que no se quiere hacer va en contra del bienestar personal. Entendemos, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente cuando existe la noción de responsabilidad. Por esta razón, no pretendemos incitarte a que te levantes a la hora que quieras porque esto podría tener consecuencias negativas, lo que sí estamos afirmando es que el mundo funcionaria mejor si primara más la felicidad colectiva. Esto, más que ser una conclusión que nace de la pereza, demuestra que quizás levantarse temprano no sea la mejor alternativa cuando no se disfruta la idea de hacerlo.

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