RECUERDOS PLASMADOS EN BLANCO Y NEGRO (FANFIC)

Autora: Giselle Beltrán. 

Esa noche preparé una leche caliente, tomé mi pijama y me fui a descansar. Había sido un día agotador, mis piernas gritaban por un descanso y un fuerte dolor en el pecho hizo que me fuera a dormir temprano. No lo entendía, con tan sólo 57 años no podía tener síntomas de vejez. Es más, con todo lo que tengo planeado en mi cabeza  la edad no puede ser un impedimento para continuar. A la mañana siguiente estaba en el comedor y Sherezade, mi esposa, preparó mi desayuno favorito, “pero aguanta tantico”… le dije, "hoy no es mi cumpleaños". A lo que me respondió: no tiene que ser un día especial para recordarte lo mucho que te amo. Mi cara de extrañez  duró todo el día.. fui al trabajo y mi cabeza sólo pensaba en su respuesta. Cuando continué con mi jornada en el comité de dirección sentía que ese dolor de pecho ya se estaba convirtiendo en un impulso para por fin lograr mi meta.


Durante mi vida he logrado varios premios y he vivido maravillosas experiencias en el mundo del espectáculo, pero esta vez quería hacer algo diferente. El corazón me dictaba crear algo que me involucrara directamente... incluso podría hacer un producto audiovisual donde incluyera parte de mi vida ¿Por qué no?, me pregunté. Lo reflexioné y  salí de mi oficina por unas flores, sí, esas flores eran para mi esposa, esa maravillosa mujer que tenía que ver en esta gran decisión.


Al llegar a casa tomé mi vaso  de leche y por cosas de la vida el dolor de pecho se había desvanecido, era como si la vida me estuviese tratando de decir algo.  Me senté en mi escritorio y empecé a escribir, no solo recordaba lo maravillosa que fue mi madre si no que había sido mi apoyo durante mi infancia acompañando a mis hermanos también. En ese momento mis ojos se aguaron, parecía como si esa cinta estuviera pasando por la ventana de mi alma , tan solo podía ver la reacción de los espectadores con esto que pronto iba a rodar junto con mi grupo de producción. No sabía cuándo lo iba hacer pero tenía la plena certeza de que iba a llegar a la boca de todo el mundo.  Decidí entonces escribir en contexto, es decir: cómo era mi país en aquella época y la situación tan horrorosa que había tenido que pasar en la masacre de Corpus Christi, una masacre que había sucedido tres años después de Tlatelolco. Mientras estaba al frente de la computadora lanzaba y lanzaba ideas relacionadas con todo lo sucedido en mi país durante mi infancia.


Nací en el seno de una familia de clase alta, mi madre desde que tenía  8 años se convirtió en mi súper heroína. Mientras la veía, en un paneo por mi infancia, detuve mi mirada  en “Libo” Liboria Rodríguez una mujer indígena que comenzó a trabajar con mi familia desde que yo tenía 9 meses de edad. Ahí, justo ahí sabía que debía detenerme. A manera de crónica escribí cómo había sido su vida y por todo  lo que tuvo que pasar mientras vivía con nosotros. Esa iba ser la base de mi próxima película. No lo dudé dos veces, mi corazón palpitaba y mis dedos se movían a la velocidad de la luz, escribiendo cada detalle que podía conformar este nuevo proyecto. No sé, pero por cosas de la vida y gracias a los regalos de mi esposa ese día me di cuenta de lo valioso que podría llegar a ser mi contexto para refrescar la  memoria de los Mexicanos.


Por varias semanas estuve creando el guion, eso sí, con varios errores de redacción, yo sólo quería que quedara perfecto. Cuando tuve el pitch no pude detener la emoción, mis colegas aceptaron y el grupo de producción dijo: ¡Hagámoslo!. Luego de un arduo trabajo con el casting apareció Cleo, la protagonista de esta aventura, quien con su piel morena, su estatura baja, su cabello liso y sus facciones indígenas me hacían recordar a Libo, a quien iba dedicada esta maravillosa historia.


Pasaron los meses y cada vez se iba plasmando lo que algún día tuve en mi cabeza, todas las locaciones que escogimos con el grupo de producción fueron tal cual como las recordaba en mi infancia. Incluso en varias escenas plasmaba cosas meticulosamente iguales a las de mi época, por ejemplo, mi película favorita Gravity estaba allí contando varias cosas de mí. Además de ser una película era una autobiografía que se ligaba con la historia de mi país.  Es más, aprendí que Libo no era solo la empleada de mi casa, ella era una mujer que también tenía necesidades y conflictos, que también tenía una vida.  Contar esa realidad me ayudó a entender que, a pesar de estar cerca, éramos de mundos totalmente distintos y fue entonces donde decidir poner este largometraje en blanco y negro, en representación de mis recuerdos y para demostrar el drama plasmado en ella.


Cuando les conté que había crecido en un hogar de clase alta me refería a ROMA, un barrio donde se reconocía la élite de entonces, y pues sí, así se iba a llamar este nuevo producto audiovisual. Hoy después de varios meses de haber publicado esta gran obra me doy cuenta de que lo que me involucra y me apasiona puede marcar vidas. Ahora  estoy aquí sentado con varias nominaciones hacía la gran meta de mi vida: ¡Un premio Oscar!


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